jueves, 20 de noviembre de 2014

Ejercito romano

Servicio militar

El servicio militar afectaba a los ciudadanos entre 17 y 60 años de edad. Hasta los 45 participaban en las campañas, y los mayores defendían las ciudades y formaban la reserva. Por lo general las clases altas no intentaban rehuir el servicio militar, ya que su cumplimiento era imprescindible para poder acceder a las magistraturas del Estado y hacer carrera política (el cursus honorum).
La organización política básica en aquella época era la gens. La leva obligaba a cada gens a proporcionar un cierto número de hombres armados más otros hombres de apoyo. Primero se elegían 12 tribunos militares, los cuales elegían cada uno entre los que reunían de la leva en el Capitolio a 400 soldados, que llevaban por nombre legión.1 El requisito básico era ser ciudadano romano con ingresos mínimos de 400 dracmas,2 y se ingresaba a la infantería o caballería pesada;3 o bien ciudadano de algún pueblo bajo domino romano (velites y caballería ligera), lo que contribuía a que el ejército tuviese una moral elevada y un gran fervor patriótico. No se tenían en cuenta otros factores como la religión o el color de la piel. Por el contrario, lo habitual entre los pueblos y civilizaciones de la época era un ejército formado por mercenarios profesionales sin importar su origen.4
Las tropas que se inmiscuían en el ejército eran divididas según su edad. Los más jóvenes eran alistados entre los velites(infantería ligera que arrojaba una jabalina y era muy versátil), luego los hastarios, los que estaban en el esplendor de su edad entre los príncipes (infantería pesada) y al final, los más maduros, entre los triarios.5
La leva sólo era obligatoria en tiempos de guerra, pero las continuas guerras en las que Roma se veía implicada hacían que en la práctica la leva siempre estuviese en vigor. Aunque los soldados percibían una paga (no muy elevada) sus campos de cultivo quedaban desatendidos, lo que inevitablemente les causaba pérdidas si la campaña se alargaba. El responsable de la leva eran los cónsules.
Con el tiempo los criterios de sangre noble se fueron relajando. A mediados del siglo VI a. C. el rey Servio Tulio puso la riqueza personal por delante del criterio de sangre en relación a los derechos y deberes de los ciudadanos. Entre estos derechos y deberes se encontraba el ejército. Servio Tulio dividió Roma en treinta tribus, y agrupó a los ciudadanos en cinco clases sociales, subdivididas en un total de ciento noventa y tres centurias.

Legión

En los primeros tiempos no había distinción entre ejército y legión, Roma disponía de una sola legión de hasta tres mil infantes y trescientos caballeros. Sin embargo las guerras en aquella época eran escaramuzas limitadas que acababan con el invierno, y es dudoso que alguna vez se llegara a reunir el ejército al completo. Ni siquiera era un cuerpo permanente, se reclutaba y licenciaba según las necesidades.
Los trescientos caballeros (centuriae flexuntes o centuriae celeres) formaban la caballería del ejército de la Antigua Roma. Estaban bajo el mando de tres tribunos de la Caballería (Tribuni Celerum) y el jefe supremo de la Caballería era el Magister Equitum.
La aristocracia al principio y las clases ricas posteriormente ocupaban la primera línea como muestra de su liderazgo del pueblo, y también porque podía pagarse el mejor equipamiento, con lo que sus unidades eran muy eficaces y bien armadas. Muy pocos miembros de las clases más bajas podían costeárselo con su paga de soldado.
Con el crecimiento de la población de Roma y las mayores necesidades militares el número de legiones aumentó primero a dos y posteriormente a cuatro.
El mando supremo de la caballería correspondía a un Magister Equitum, y el de la caballería de cada legión a los Tribunos de la Caballería.
El mando supremo de los infantes correspondía inicialmente al rey y después a los Cónsules o Dictadores (o a los Legatus). El mando de los infantes de cada legión correspondía a los Tribunos de la Milicia.
Los infantes fueron divididos en cinco clases según su armamento (en función de la riqueza personal) siendo las tres primeras llamadas hoplitas (por la armadura) y las otras dos Velites (auxiliares).
Unidades
En los primeros momentos el ejército era simplemente una agregación de unidades indiferenciadas inspirada en la falange etrusca. Esta, a su vez, se creó por la influencia de las unidades de hoplitas (ciudadanos-soldados) de la Magna Grecia con las que habían entrado en contacto.
El tamaño de la legión pasó de unos tres mil hombres a más de cuatro mil, pudiendo llegar hasta los cinco mil. También hubo una mayor especialización de los soldados, perotácticamente no se produjeron cambios y se mantuvo la estructura básica de la falange hoplita.
Armamento
Como cada soldado debía pagarse el equipo, éste dependía de a cuál de las cinco clases establecidas por Servio Tulio pertenecía el hombre. La mejor armada era la primera clase:
  • Escudo: circular, llamado scutum
  • Muñequera: muñequera de metal que contenía un cuchillo para atacar por sorpresa en un mano a mano, llamado munnecum
  • Cuerpo: corseles de cuero, pectorales de bronce, grebas. Para la época de la monarquía etrusca y los primeros tiempos de la república, la armadura sería de tipo helénica. Linotorax de laminas de lino superpuestas, ofrecía buena protección a la par que ligereza y flexibilidad. Y lorica musculata de bronce y más raramente hierro.
  • Yelmo: varios modelos en este período: cónicos, etruscos, etrusco-corintios, calcidicos y áticos. Todos de bronce y de origen heleno.
  • Armas: lanza de acometida, espada griega xiphos o kopis
  • Sandalias: reforzadas por una suela de piel gruesa de unos dos centímetros. También llamadas caligae, de ahí el nombre del emperador Calígula.
Las demás clases llevaban progresivamente menor equipamiento, de acuerdo con el poder adquisitivo. La segunda clase carecía de coraza y el escudo era oval, la tercera carecía además de grebas, la cuarta sólo tenía jabalinas y una espada posiblemente griega, o un cuchillo largo en su defecto, y la quinta eran honderos (arrojaban piedras).

Inicios de la Marina Romana

En el año 311 a. C. se instituyó la figura de los almirantes (Duoviri navales) para dirigir la pequeña armada romana, formada por unos pocos navíos (galeras sobre todo) y por los contingentes marítimos de las ciudades aliadas que poseían marina (como Nápoles). El 267 a. C. se instituyeron los cuatro cuestores de la marina (Classici quoestores), con sedes respectivas en cuatro puertos: Ostia, Cales (en Campania), Ariminium (Rimini), y otra sede cuyo nombre y situación no es conocido.

El combate

El esquema romano clásico de combate constaba de una vanguardia de velites. A continuación venía la infantería pesada dispuesta en tres líneas:
  • hastati
  • príncipes
  • triarii (que sólo entraban en combate en situaciones extremas).
A la derecha de la infantería se disponía la caballería romana, y a la izquierda la caballería de los aliados.
En vista de sus defectos la formación en falange fue sustituida por el manípulo, consistente en dos centurias bajo el mando del mayor de ambos centuriones. Cada una de estas tres líneas de infantería ya no era continua, sino que se separaba en manípulos, con un pequeño cambio de orden:
  • hastati, diez manípulos de ciento veinte soldados
  • príncipes, diez manípulos de ciento veinte soldados
  • triarii, cuyo manípulo constaba de sesenta hombres
  • velites, o infantería ligera, que se disponían delante de las líneas de infantería pesada para explorar y hostigar al enemigo sin trabar contacto directo
El hueco que quedaba entre dos manípulos de la primera línea se encontraba cerrado por un manípulo en la segunda línea, y a su vez la tercera línea cerraba los huecos de la segunda. El resultado era una disposición en forma de tablero de ajedrez -accies- que dotaba de gran flexibilidad a los movimientos de la infantería.

El triunfo

Si en una batalla caían al menos cinco mil enemigos y se obtenía una victoria abrumadora el senado decretaba el Gran Triunfo. Éste se celebraba con un desfile multitudinario por las calles de Roma liderado por magistrados y senadores. A continuación iban los cornetas, el botín, los prisioneros, el general triunfador, con una corona de laurel, y sus tropas cerrando el desfile.

Botín de guerra

Tanto las riquezas como tierras del enemigo pasaban a ser propiedad del Estado. Muchas de estas tierras se les entregaban a patricios y generales victoriosos, o bien se les arrendaban a precios muy reducidos. Los habitantes de la tierra pasaban a ser esclavos del propietario o arrendatario.
Con el paso del tiempo cada vez era más habitual que fuese el propio jefe del ejército el que se alzase con la propiedad del botín y la repartiese a su criterio entre sus ayudantes y la tropa, con lo que se ganaba su fidelidad personal. Esto acabó siendo de gran importancia política desde los últimos años de la república.
El iniciador de esta medida fue Escipión.

Honor y títulos

Los soldados reclutados entre la clase aristocrática tenían escaso espíritu combativo. Para elevarlo fue preciso dictar una ley que obligaba, para aspirar a una magistratura, a haber servido diez años en el ejército, con lo que se impidió que la aristocracia desertara de sus obligaciones militares.
Los títulos y honores son ambicionados. Antes los honores del triunfo se concedían solamente al cónsul que regresaba victorioso y aumentaba el territorio de la República. Ahora cualquier escaramuza da lugar a la celebración de un triunfo, dentro o fuera de Roma. Para ello se decidió en el año 181 a. C. que para celebrar un triunfo, la batalla debía haber originado al menos cinco mil muertos, pero a menudo se aumentaron las cifras en los informes para saltarse la norma. Los títulos de victorias, reales o ficticias, aumentaban. Las familias empezaron a adoptar sobrenombres alusivos (cognomen secundum o agnomen), costumbre iniciada por Escipión (que se tituló Africanus), por su hermano (Asiaticus) y por su primo (Hispanicus). El 163 a. C. el conquistador de Mesina tomó el sobrenombre de Mesala, y así otros muchos.

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